¿Sabías que el spanglish no es el único caso de fusión lingüística? Existen otros muchos casos como el portuñol (portugués más español), el franglais (francés más inglés) o el llanito, utilizado en Gibraltar y muy similar al spanglish.
Spanglish, ese idioma no oficial al que todos hemos tenido que echar mano en algún momento; ya sea durante esos momentos en los que no nos acordamos de cómo se decía en inglés esa palabra que siempre nos da problemas, o simplemente utilizándolo sin darnos cuenta. Todos lo han practicado alguna vez, pero pocos saben de dónde procede.
Para encontrar la primera referencia a esta novedosa lengua tenemos que remontarnos a los años 70. Y es que al mismo tiempo que la tendencia hippie ganaba en importancia, también lo hacía el mock, antecedente espiritual del spanglish, en los barrios de habla hispana. ¿Pero por qué? Principalmente por la necesidad que tenían las comunidades hispanohablantes de expresarse ante los colectivos estadounidenses. Concretamente, es en 1972 cuando elDictionary of American Regional English recoge los primeros ejemplos de este habla. Sin embargo, es el puertorriqueño Salvador Tió quien acuña por primera vez el término spanglishen su columna titulada “Teoría del Espanglish”, publicada por primera vez en el periódico “El Diario de Puerto Rico” el 28 de octubre de 1948 (unos cuantos años antes que el mencionado diccionario).
El spanglish es utilizado, principalmente, en muchas regiones de Estados Unidos tanto por hispanos como por estadounidenses. Sin embargo, su uso se ha extendido en los últimos años a países como Reino Unido, Australia y, como no, España. Lo practican, sobre todo, hispanos jóvenes que acaban de llegar a Estados Unidos y aún no dominan perfectamente el inglés (y es por eso que no nos cansaremos de repetir que antes de marchar al extranjero hay que realizar un curso de inglés y llevar bajo el brazo un certificado que acredite nuestro nivel).
Algunos autores desean taponarse con cemento armado los oídos cada vez que oyen a alguien hablar en spanglish, pues sostienen que empobrece tanto el español como el inglés, que es ridículo a más no poder y que se trata de un signo de analfabetismo. Otros sectores opinan que el español y el inglés son lenguas vivas, que la combinación de ambas es una fase más de su evolución natural y que dicha mezcla favorece la multiculturalidad.
Seas de una postura o de otra una cosa está clara: no sólo todos lo hemos utilizado, sino que también nos ha logrado sacar alguna que otra sonrisa. Y es que frases como “vivo en un flat pequeño”, “voy a correr con mis runners” o “la librería de la city es grande” todavía suenan a chiste. ¡Incluso las grandes marcas como Microsoft se permiten sus propias perlas literarias! Para muestra un ejemplo de esos que hacen preguntarte si este tipo de situaciones se hacen a propósito.
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